A Rúa-Os Albaredos (8kms)
Partimos de A Rúa cogiendo la antigua carretera 533, en dirección a Monforte, cruzando la N-120. A pesar de seguir por carretera, apenas transitada, el recorrido a media ladera nos permite gozar de espléndidas vistas sobre el río Sil, la carretera N-120 y la vía férrea.
Llegamos a Os Albaredos dejando la carretera para coger a la derecha por una estrecha calle, dejando a la izquierda la capilla de Santa Bárbara, mientras que a la derecha, en el centro del pueblo, queda la iglesia parroquial.
Os Albaredos – Montefurado (2,3 kms)
Se sale de Os Albaredos hacia Montefurado por camino flanqueado de olivares, higueras y nogales hasta la carretera 533 que cruzaremos para de inmediato coger a la izquierda un camino de suelo pizarroso, entre arbustos de retamas y jaras que en un continuo y brusco descenso lleva al arroyo de Ferreiros. Lo cruzamos por un antiguo puente entre frondosa vegetación viendo al frente un molino y el puente del ferrocarril.
Entramos en Montefurado, paralelamente a la vía férrea de Palencia- A Coruña con el apeadero de esta localidad. Ya vemos las torres de la majestuosa iglesia de San Miguel de Montefurado destacando en el centro del pueblo. Tras un pequeño ascenso llegamos a uno de los más singulares pueblos del camino, que aunque casi deshabitado, conserva sus bella arquitectura popular. Muchas de sus edificacioness aparecen colgando sobre los restos de lo que hace dos milenios fue una expolotación aurífera romana. A la izquierda queda el río Sil con el túnel de Montefurado, otra gran huella romana.
Montefurado- Bendilló (8,2 kms)
Desde Montefurado se inicia un pequeño ascenso, entre olivares, hacia O Ermidón, que dista 600 metros de aquel, ofreciéndonos una inigualable vista del túnel y de las pequeñas médulas, restos de la explotación aurífera romana, que fantasgóricamente selevantan entre los viñedos del valle.
Cruzamos de nuevo la carretera 533 para entrar en O Ermidón. A nuestra izquierda queda una ermita. Se sale, de nuevo a la antigua carretera, 533, cuyo trazado a media ladera y paralelamente al curso del río Sil y Nacional 120 seguiremos contemplando hermosas vistas.
A unos 3 kilómetros encontramos unos restos de viviendas, que fueron ventas. Aquí se coge la derecha un camino de tierra que cruza el monte, pasando el arroyo de A Escrita, para salir a la Capilla de San Juan das Farrapas, parroquia de Bendilló. La denominación hace referencia al lugar donde solían despojarse los caminantes de sus viejos y rotos “farrapos”, harapos.
Casi al lado hay una sencilla casa que nos pasa desapercibida pero que alberga una antigua almazara, conocida por el “molino de aceite de Bendilló”, formando un conjunto de gran valor etnográfico.
El camino inicia un pequeño ascenso hacia el lugar de Bendilló superponiéndose a la carretera 533. Al final del poblado se levanta la iglesia parroquial de Santa María, realizada con muros de piedra y barro, y con cubierta de pizarra.
Bendilló – Soldón (1,7 kms)
Desde Bendilló se inicia una fuerte bajada, por un camino de tierra, hasta cruzar la nacional 120, que nos lleva al núcleo de Soldón. El descenso nos permite contemplar, entre los pinares, la majestuosidad de un meandro, que por este lugar describe el río Sil.
Cruzamo Soldón, bajando por una estrecha calle, con voladizos entre sus casas, hasta la desembocadura del río Soldón, en el río Sil. El remanso, con su área recreativa, junto con un molino nos invita a un merecido descanso. Sobre esta área, un gran puente, de la nacional 120, fija los pilares de sus arcos sobre el pueblo, ofreciendo una impactante imagen.
Soldón – Os Novais (3,1 kms)
Salimos hacia Sequeiros, desembocando en la carretera nacional 120, que seguiremos por su margen izquierda durante un pequeño trecho, para desviarnos, a la izquierda, por carretera locall. Sin llegar a entrar en el pueblo, se tuerce a la derecha para cruzar, bajo un pasadizo, la N- 120. El camino de tierra nos lleva al castillo de Os Novais, pasando por el pequeño poblado, que lleva su mismo nombre.
Los restos del castillo-fortaleza, levantados sobre un castro, fueron residencia de la Orden Hospitalaria de los Caballeros de San Juan quienes fundaron Hospitales donde atendían a los peregrinos desde el siglo XIII. Su presencia en Quiroga, controlando el camino que venía por el Sil, Camino de Invierno, revela la importancia de esta ruta.
Castillo de Os Novais-Quiroga (4,7 kms)
Dejando el castro a la izquierda, el camino coge a la derecha por una estrecha senda de tierra. A pocos pasos cogemos a la izquierda descendiendo al arroyo de Os Novais, sobre el que se levanta un puente medieval de piedra, de gran altura. Luego se inicia un pequeño ascenso por un histórico sendero de cantos rodados, del viejo camino real, flanqueado de acacias.
La ruta hace su entrada en el valle de Quiroga entre huertos con diversos árboles frutales, viñedos y olivares. Se pasa por los lugares de San Xulián de Arriba y Caspedro, donde queda, a la izquierda, una pequeña capilla. Desde ésta, se baja directamente a Quiroga desembocando en la antigua carretera 533 que nos introduce en la villa por la calle Real, trás cruzar el puente medieval de Ponte Pedriña.