Chantada-Centulle (1,6 Kms)
Desde la Plaza de Santa Ana, salimos de Chantada por la calle Uxío Novoneyra, flanqueada por un instituto y un Colegio. Enseguida nos desviamos a la izquierda encontrando un “Peto de Ánimas”, como muestra del cruce de caminos, y una fuente que nos dan paso a las primeras casas de Centulle.
Centulle - Casasoa (1, 3 kms)
Centulle que pertenece a la parroquia de San Xurxo de Asma se extiende a lo largo de la carretera con numerosos hórreos.
En un suave pero continuo ascenso, salimos de este lugar dejando a la derecha su iglesia y un magnífico “cruceiro” que se levanta delante del mismo templo. Llegamos a Casasoa, donde sobresale la antigua casa escuela restaurada, hoy convertida en local social y un “cruceiro”, antesala del cruce que tenemos que hacer con la antigua carretera que comunica Ourense con Lalín.
Casasoa- Boán (1,6 kms)
Cruzamos la carretera de Ourense y no seguimos de frente por el tradicional camino que hoy es una carretera, sino que, con el fin de evitar el excesivo asfalto, giraremos a la derecha siguiendo unos pasos la carretera de Ourense – Lalín, la LU-213. Enseguida, a unos 100metros, nos desviarnos a la izquierda por camino de tierra que discurre paralelamente al corredor rápido de Chantada – Lalín, el CG-2.1.
El camino desemboca en la carretera, LU- P- 1002, que cruzaremos para coger de nuevo el camino del área de servicio que discurre paralelo al corredor rápido, desembocando en el lugar de Boán, donde destacan los frondosos robles y castaños, junto a una bonita casa rural.
Boán- Lucenza (0,8 kms)
Seguimos ascendiendo levemente, encontrándonos con otra carretera, pero nosotros seguiremos de frente hacia el lugar de Lucenza, que ya divisamos al frente. Cruzamos el pequeño núcleo desviándonos a la derecha por un pequeño atajo, que conduce de nuevo a la carretera. El pueblo cuenta con otro hermoso cruceiro.
Lucenza – Penasillás (2,7 kms)
Solo unos cuantos pasos por la carretera y ya giramos a la izquierda por pista amplia de tierra y piedra que de nuevo nos lleva a la carretera. A través del asfalto y en un continuo y suave ascenso llegamos a Penasillás, dejando antes y a la izquierda el lugar de Vilaseco.
En el pintoresco núcleo de Penasillás, sobresale su capilla en medio de una pequeña plaza restaurada, además de un peto de ánimas de proporciones mayores que los otros dos anteriores que pudimos ver a lo largo del camino por tierras chantadinas.
En una casa contigua a la plaza hay otro peto de ánimas, más antiguo, que aparece incrustado en la pared del cierre de una vivienda. Ambos petos parecen anunciarnos que nos encomendemos a todas las ánimas, para que podamos afrontar el duro camino que se nos presenta hasta llegar a la cumbre del monte Faro. Destacar también la restauración de un pozo y horno comunal.
El lugar, que era un importante cruce de caminos y donde se celebra una gran feria mensual, cuenta con una Cantina, Cantina do Peto, donde además sirven comidas.
Penasillás-Ermita de Nuestra Señora de O Faro (4,6 Kms)
Salimos de Penasillás cruzando la carretera LU-202, para seguir de frente por un camino empedrado de gran pendiente. El ascenso es continuo, sobre unos 2 km, por camino ancho de tierra y piedra hasta llegar a la carretera. Es el camino que utilizan los devotos de Nuestra Señora del Faro, cada 8 de septiembre, para llegar hasta la ermita que guarda su imagen.
Al lado de la carretera se levanta un monolito en piedra, donde hay escrito un poema al monte Faro, por el poeta chantadito, Pablo Rubén Eyré, realizado en 1976. El lugar se conoce por Chao de Seixas. Reiniciamos nuestro ascenso que nos conducirá hasta la ermita de Nuestra Señora de O Faro.
Se accede por unas escaleras, a la izquierda de la carretera que conduce a un camino ancho con una espesa hierba corta, una verdadera alfombra, enmarcado por cruces de granito, que forman un Vía Crucis, a lo largo de unos 300 metros, denominado “Camino de la Virgen”. Es el camino sagrado que miles de devotos han seguido a lo largo de los siglos, incluso de rodillas, para postrarse a los pies de la milagrosa Nosa Señora de O Faro. El origen de esta gran devoción se supone que fue simultánea a la cristianización de la zona, en el siglo VI.
El esfuerzo para llegar hasta aquí, queda compensado, tanto por la protección mariana que hemos rogado para el resto del camino, como por las impresionantes vistas que podemos contemplar, pudiendo decir que hemos estado en el único punto de Galicia desde donde se divisan estribaciones de las cuatro provincias gallegas.
Ermita de Nuestra Señora de O Faro- Camba (7,7 Kms)
Retomaremos nuestro camino, bien volviendo sobre nuestros pasos, bajando por el Camino de la Virgen para retomar el camino; o ya desde la ermita coger la carretera que bajando nos lleva a un mojón que marca el km 81,2. Llegamos a un cruce para seguir por la carretera de la derecha; es una pista forestal que discurre paralelamente a la línea de aerogeneradores, desde donde se contemplan unas excelentes vistas, llevándonos sobre el puente que cruza el corredor rápido.
Al otro lado, se sigue una pista ancha y a unos 500 metros encontramos a la izquierda un mojón de grandes proporciones indicándonos el Camino de Invierno por Rodeiro. Descendiendo, encontramos las primeras viviendas de Vilanova extendiéndose a lo largo de la carretera, encontrándonos enseguida con la Casa de Camba y la iglesia que conserva algún resto de su fábrica románica. Esta casona es conocida por Casa Fuerte de Camba o de los Churruchaos, ya que también perteneció a esta noble familia.
Camba – Río (1,4 kms)
Avanzamos por el valle de la Ermida donde, a pocos metros, hay un marco jurisdiccional de la Casa de Camba con sus armas. Pronto llegamos a Río, una vez cruzada la carretera de Rodeiro a Antas de Ulla. Seguimos por un tramo con abundante vegetación autóctona de robles, castaños y salgueiros.
En Río se celebraba una importante feria quedando como vestigio algunos“pendellos” (alpendres) bajos los cuales se exponían los productos. Aquí tenemos una cantina donde poder comer o tomar algo.
Río- Rodeiro (4kms)
Seguimos hacia Mouriz, prácticamente llaneando, por un estrecho y pedregoso camino para continuar por la carretera que va de Río a Mouriz. El lugar cuenta con una fuente de piedra donde podemos refrescar y saciar nuestra sed.
Entramos en Rodeiro al lado de un riachuelo, el Rodeiro desembocando en la Casa Consistorial con amplia escalinata y que fue levantada sobre las ruinas de una Fortaleza.
Delante del edificio, se levanta una bonita fuente de piedra labrada con 4 caños.