Monforte- A Vide ( A Corga) (2,1 kms)
Salimos de Monforte de Lemos por el puente medieval, girando a la izquierda, hacia el Campo de San Antonio. A la derecha dejamos el convento de las MM.Clarisas con un importante Museo Sacro y el barrio antiguo de Ramberde. Delante del convento un cruceiro, situado a la salida de la villa, y donde se observa la huella jacobea con cuatro veneras talladas en el capitel.
Cruceiro delante de la fachada del convento de las MM. Clarisas
Se gira a la izquierda, luego se coge la calle de la derecha pasando por la plaza del Campo de San Antonio con un cruceiro, restos del convento franciscano de San Antonio de Padua, fundado en 1503, pero que con la ley de desamortización de Mendizábal, quedará en la ruina y posterior demolición.
Pasamos por delante de la Casa Consistorial, un edificio que estuvo destinado a la enseñanza hasta el año 2000; primero, para Escuela Graduada, luego Instituto y, finalmente, como Grupo Escolar de Enseñanza General Básica.
Enfilamos la calle Abeledos, una de las más antiguas, extramuros, que aún conserva parte de la arquitectura popular, mostrando pequeñas balconadas-corredores de madera, alineadas a ambos lados de la larga e irregular calle.
Calle Abeledos con los típicos corredores
Continúa por la calle Poeta Manuel María desembocando en la de Chantada, en la rotonda del hórreo. Se gira a la izquierda, encontrando, una segunda rotonda, la del peregrino, saliendo a la derecha, para coger la carretera que se dirige a A Vide, la LU-P-3204.
El camino se superpone a la carretera, una larga recta, que tras cruzar sobre un puente el arroyo Cinsa, afluente del Cabe, se acerca a la parroquia de A Vide, que estuvo bajo la jurisdicción del abad de San Vicente del Pino. Se deja la carretera asfaltada para seguir de frente y entrar en el barrio de O Quintairo.
A Vide – Iglesia de Moreda (3,6 kms)
Salimos del pequeño núcleo a la carretera. El verdadero trazado del camino se desvía de la carretera a la derecha, pero como la mayor parte del año está anegado, siendo imposible el tránsito, se seguirá como alternativa la carretera.. Cruzará por paso elevado el corredor CG-2.1 y llegamos a una zona arbolada, donde se desvía a la derecha, pasando por el lugar de Campos y Pacios. En éste se documenta la existencia de un hospital, desde finales del s. XIV. Pasamos el arroyo Carboeiro y entramos en el barrio de O Regueiro. A unos pasos encontramos la iglesia parroquial de San Salvador de Moreda, que conserva la puerta lateral de su obra románica y perteneció a la Orden de San Juan de Jerusalén. A la derecha, y un poco más elevado, queda el castro de Moreda.
Moreda – A Broza (1, 3 kms)
Pocos pasos no llevan al reencuentro con la carretera, LU-P- 3204, que seguiremos en un continuo ascenso, pasando sobre un puente el corredor rápido, CG-21, hasta el lugar de a Broza donde se inicia el Ayuntamiento de Pantón.
A Broza – Reguengo (0,8 kms)
Castro de Moreda
Siguiendo la carretera llegamos a un cruce y seguimos de frente, por la LU-P- 4112. A pesar del asfalto, la espesa arboleda de negrillos, alineados a ambos lados, ofrece un paisaje muy gratificante.
A unos 500 metros, encontramos, a la izquierda, una magnífica muestra de la arquitectura civil de la zona, el Pazo de O Reguengo, una de las numerosas casas solariegas que encierran las tierras de Pantón. En gran parte, levantadas entre los siglos XVIII y XIX.
Reguengo – Piñeiro (2 kms)
Seguimos la carretera, bordeando la finca del Pazo con un magnífico cierre de cantos de piedra y rematado en redondo. A unos 200 metros, giraremos a la izquierda hacia el lugar de San Lourenzo, pequeño núcleo donde hubo capilla, saliendo por un sendero hacia un camino pedregoso y más ancho que desemboca en el lugar de Castrotañe.
Ascendiendo, por un camino empedrado, posibles restos de la calzada romana, aparece también enmarcado por muras de piedra, entre un frondoso robledal que nos lleva a Piñeiro. Una pequeña plaza, con fuente, lavadero y abrevadero, invitan a un pequeño descanso.
Fuente y abrevadero en Piñeiro
Muy cerca, a la izquierda, queda el castro de Castillón, lugar por donde se documenta el cruce de dos vías romanas: la que unía Braga con Lucus y la que desde el Castro Dactonium seguía hacia Belesar, y, donde se encontraron restos arqueológicos del asentamiento de un campamento romano.
Piñeiro – Camiño Grande (2,9 kms)
Cruzamos la carretera LU-P-4112 para seguir de frente, por camino de tierra que ascendiendo lleva a Outeriño, Virís, donde es fácil se anegue en época invernal. Luego se abre a un camino más ancho, en medio de un robledla que nos protegen del sol, en los caluros días de verano. Seguimos por zona de monte, que baja hacia un pequeño regato, para luego ascender, siguiendo el denominado Camiño Grande, que nos introduce en las tierras de Saviñao, con sus primeras viviendas.
Camiño Grande- A Barxa (0,5 kms)
Desembocamos de nuevo en la carretera LU-P-4112, encontrando a escasos metros el núcleo de A Barxa, parroquia de San Lorenzo de Fión, del municipio de O Saviñao.
A Barxa- Rendal (1 km)
Encontrams otra carretera que, tras cruzarla, seguimos de frente por la carretera LU-P- 5817, entrando en Rendal. Los documentos llaman a este tramo el “camino viejo de Chantada a Monforte” que contaba con una venta llamada da Carpaciña.
Sugerimos un alto en el camino, desviándonos a la izquierda, unos 100 metros, permitiéndonos un descanso en la Casa rural Torre Vilariño, o visitar el Museo etnográfico de Arxeriz desde donde se divisa el meandro más espectacular del río Miño, O Cabo de O Mundo.
Rendal – Fontela (0,6 kms)
Enseguida volvemos encontrar un cruce y seguiremos de frente hacia Diomondi, por la carretera LU-P- 5817, llegando a Fontela. Desde el cruce, si cogemos la carretera de la izquierda no conduce a la iglesia románica de San Martín de A Cova y a la bodega Abadía de A Cova cons espectaculares vistas sobre el río Miño.
Iglesia de San Martín de A Cova
Fontela – Cirdeiro (3,1 kms)
Continuamos la carretera LU-P- 5817, que conduce a Diomomndi y que en ligero descenso pasa por diversos núcleos que distan muy poco, unos de otros: Vilaravides, Vilatiñosa, Sobrado y Cirdeiro. Aquí, en un cruce, vemos un peto de ánimas, en piedra de granito, que con relieve resaltado destacan las ánimas entre llamas. La hucha encajada en la piedra sirve para que depositen limosnas los caminantes, en recuerdo y para librar a sus difuntos del purgatorio.
Cirdeiro – Iglesia de Diomondi (3, 6 kms)
Seguimos la carretera, a veces, enmarcada por robles, pasando por Vendanova, desde donde se divisa la villa de Chantada, situada en la otra margen del río Miño. Iniciamos un suave descenso hasta la iglesia de San Paio de Diomondi, pasando por Outeiro y Montecelo. En este punto en medio de unos castaños se levanta un “cruceiro”, que señala el Camino Real. Continuamos bajando por la carretera y a escasos metros encontramos la monumental iglesia románica de San Paio de Diomondi, que merece una visita.
Iglesia Diomondi- Belesar (2,3 kms)
El camino se desvía a la izquierda, a unos metros de la iglesia románica de Diomondi por una pista asfaltada hasta el lugar de Portela, lo que parece aludir a un posible paso con portazgo. Inicia una fuerte descenso por camino de tierra y losas de piedra, la antigua calzada romana, en medio de un bosque de robles, luego, socalcos de viñedos que colgando a ambas orillas del río, lleva hasta el puente de Belesar sobre el río Miño. El trazado va sorteando la fuerte pendiente, en zigzag, dando nombre a lo que se conoce por “Codos de Belesar.
Una calle que baja con fuerte pendiente, nos introduce en medio del pintoresco pueblo de Belesar, desembocando a pie del puente que cruza el río Miño. En la antigüedad, la calle continuaba más abajo, alcanzando el puente romano de 6 arcos, que ha quedado anegado, como la antigua iglesia, por el embalse de los Peares. A la nueva, levantada en la orilla derecha del río, se ha trasladado el retablo, realizado en 1744.
Destaca en este bonito y apacible lugar las modernas instalaciones del embarcadero del catamarán que recorre río abajo las aguas del Miño por parajes inigualables, como la playa fluvial de Acova, la isla de Mayorga el meandro de O Cabo de O Mundo, Castro de Marce, catarata Agua Caída. Se recomienda hacer un recorrido y mejor aún en la barcaza de Quinta Sacra, que hace recorridos a la carta. Una mención a las tradicionales barcas de esta zona, los “batuxos”, de madera que suelen estar anclados a un lado del puente.
Belesar – Líncora (2,4 kms)
Al otro lado del puente otro “peto de ánimas”, del siglo XVIII, marca la entrada en tierras chantadinas, dejando atrás las de O Saviñao. A su lado vemos también un mapa del Camino de Invierno por Chantada, la primera señalización del camino, colocada por la Asociación Camiños a Santiago pola ribeira Sacra en el 2005.
Un fuerte ascenso a través de la vía romana, los “Codos de Belesar” que continúa del otro lado del río, va cortando la carretera hasta la cumbre, en San Pedro de Líncora. El recorrido entre los viñedos y las maravillosas vistas a lo largo de trayecto son de especial belleza. Encontraremos la bodega Vía Romana, donde se puede degustar sus apreciados vinos con denominación de origen Ribeira Sacra.
Abandonamos la carretera bajando, a la derecha, hacia una arroyo que se salva con pasos de piedra. El lugar denominado Puente Hermida, cuenta con un magnífíco molino. Subimos, de nuevo a la carretera pasando por los núcleos de Follatal, Queixeiros y por la Devesa de Rubiás, entre robles centenarios, siguiendo un último tramo empedrado que nos lleva al alto de San Pedro de Líncora.
Líncora –Chantada (2,3 kms)
Siguiendo la carretera con un suave descenso nos lleva hacia Chantada, pasando al lado de la iglesia románica de San Salvador de Asma, de finales del siglo XII, también conocida por el Convento, ya que fue monasterio y luego priorato. El claustro es uno de sus restos interesantes que debió construirse sobre 1500.
San Salvador de Asma
Entramos en la villa chantadina por el barrio de A Ponte que aún conserva alguna casona antigua de piedra y se cruza un pequeño puente sobre el río Asma, documentado desde 1290. Pasamos por la Alameda con un restaurado molino, que se dedica a sala de exposiciones temporales. Seguimos la calle Conde de Guadalorce, conocida por el paseo de la Alameda, que sigue las orillas del Asma.
Continuamos por la calle Dos de Mayo, empedrada y cubierta de soportales con casonas blasonadas, dando testimonio de las nobles familias que las habitaron, como fueron las de Lemos, Basán y Cedrón, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XV y sobre todo del XVI. Alcanzada la plaza del Mercado, con la casa de Lemos, que actualmente alberga la Casa de la Cultura. Se sigue por la calle de Calvo Sotelo, la peatonal de Leonardo Rodríguez para llegar a la plaza de Santa Ana, por donde pasa la antigua carretera nacional 540, de Orense a Lugo, centro neurálgico de la villa.